Lima, Perú.- Unos 19 países de América reiteraron su compromiso para luchar juntos contra el comercio ilegal de vida silvestre, considerado el cuarto crimen organizado más lucrativo del mundo, con iniciativas urgentes y coordinadas para salvar a las especies y los ecosistemas de la región.
Representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay rubricaron su pacto en Lima.
Al lado de representantes de organizaciones de integración económica regional y de países invitados como Alemania, Países Bajos, España, Reino Unido y Japón, participaron en la I Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre, que se llevó a cabo entre el jueves y viernes en Lima.
En el documento final, la Declaración de Lima, los participantes expresaron su firme y decidido compromiso para adoptar y promover 21 medidas que permitan combatir de manera frontal el tráfico ilegal de vida silvestre, el cual reconocieron como un delito grave.
Destacaron que este delito tiene consecuencias adversas no solo para las especies y sus hábitats, sino también en la economía, la seguridad y el bienestar de los pueblos indígenas y poblaciones locales.
De acuerdo con la declaración, citada por la prensa local, se lanzó asimismo un llamado a la comunidad regional e internacional a tomar acciones urgentes y coordinadas en las Américas y en otras partes del mundo.
Entre las medidas reconocieron al jaguar (Panthera onca) como la especie emblemática de las Américas y símbolo de la lucha contra el comercio ilegal de la vida silvestre, además de representar un ícono espiritual y cultural de muchos pueblos.
Se trata del felino más grande en el continente, desde México hasta el norte de Argentina y el noroeste de Brasil, amenazado por la pérdida de su hábitat, la disminución de sus presas, la cacería por conflictos con humanos y el tráfico ilegal de colmillos, huesos y pieles.
Otros de los puntos adoptados son reconocer el furtivismo y el comercio ilegal de vida silvestre como delitos graves en las legislaciones nacionales y aplicar penas y multas, así como combatir las amenazas vinculadas a internet con sanciones efectivas.
Adoptar técnicas de investigación financiera y apoyar a las asociaciones público-privadas para identificar los flujos financieros ilícitos, así como las organizaciones criminales y sus redes asociadas, además de fortalecer las acciones de instituciones públicas para evitar la oferta y reducir la demanda de vida silvestre y sus productos provenientes del comercio ilegal.
Asimismo promover la consulta y colaboración entre países que comparten fronteras y zonas ecológicas, y fomentar el intercambio de información, conocimientos y colaboración en todos los ámbitos para combatir de manera eficaz este delito.
Otros países del continente tienen la opción de unirse a la declaración antes de la II Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre, que se realizará en Colombia en 2021.
El comercio ilegal de animales y plantas implica la caza, la recolección y los compradores finales, como tiendas de mascotas, zoológicos, coleccionistas y circos, incluso la investigación.
Después del narcotráfico, la venta ilegal de armas y la trata de personas, este delito es considerado el cuarto crimen organizado transnacional más lucrativo del mundo. De acuerdo con la Agencia de Policía Internacional (Interpol) mueve alrededor de 20 mil millones de dólares al año.
La región de las Américas resulta un blanco mundial para el tráfico ilegal silvestre, ya que cuenta con más del 40 por ciento de la biodiversidad y más de una cuarta parte de los bosques.
Datos de las Naciones Unidas indican que Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú son cinco de los 10 países con mayor diversidad en el mundo.