Copenhague.- Por primera vez en casi 70 años, Dinamarca solicita pasaporte en su frontera con Suecia, una medida implantada ante el incremento de actos vandálicos en Copenhague por parte de pandillas suecas.
De acuerdo con un artículo publicado en The New York Times, el ministro de justicia danés Nick Haekkerup emitió un comunicado desde el mes pasado en el que notificaba sobre las medidas para contrarrestar el crimen transfronterizo.
Particularmente, el gobierno de Dinamarca ha externado especial preocupación por la propagación de ataques con explosivos en distintos puntos del país miembro de la Unión Europea.
El crecimiento inusual de este tipo de actos criminales ha ocasionado daños graves en la ciudad capital, como lo fue en agosto de este año, cuando una bomba explotó en las oficinas del departamento fiscal.
Aunque no hubo lesionados en esa ocasión, se registraron daños sustanciales y, tras el atentado, dos personas de nacionalidad sueca fueron arrestadas. Éste fue sólo uno de los 39 ataques registrados este año.
Las medidas de bloqueos fronterizos se vinculan también con el incremento de la delincuencia que se ha registrado en el país escandinavo, donde los tiroteos y las detonaciones son cada vez más recurrentes.
Tan sólo en los primeros meses de 2019 se colocaron 50 bombas en todo Suecia, con especial presencia de atentados en Malmö y, en junio de este año, se alcanzaron cifras de uso de explosivos poco común en países que no se encuentran en guerra.
Según el servicio público de Suecia, la mayor parte de estos ataques se deben a la presencia de pandillas suecas que han incrementado su campo de acción y su actividad criminal.
Los ataques con explosivos se encuentran a la orden del día, pero además las autoridades suecas reportan que Suecia es el país con más muertes violentas por arma de fuego entre los países de la región.
Las medidas de restricción fronteriza no deberán durar más de dos años, como lo establece el Acuerdo de Schengen, firmado por 26 países europeos, donde se ha reconocido la abolición de las fronteras para la libre circulación de personas, bienes, capital y servicios.