Pilar de la danza moderna, creador de técnicas coreográficas que siguen vigentes y el primero en resaltar el papel masculino en las compañías de danza, el bailarín y coreógrafo José Limón dejó un legado en el que fusionó sus raíces mexicanas con expresiones dancísticas internacionales.
Considerado por el New York Times como “el más fino bailarín masculino de su tiempo”, después de una presentación en 1947, José Limón fue reconocido a nivel mundial, ya que fue creador de casi 100 coreografías, entre ellas La pavana del moro, con música de Purcell, que es sin duda su pieza más famosa, incluida en el repertorio de diversos ballets y compañías extranjeras.
Nacido el 12 de enero de 1908 en Culiacán, Sinaloa, José Limón emigró con su familia a Estados Unidos en 1915, huyendo de la Revolución Mexicana. En aquel país realizó sus estudios y surgieron sus primeras coreografías musicalizadas por los compositores Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, como Los cuatro soles, una pieza sinfónica sobre el mito azteca de la creación.
El 30 de marzo de 1951 estrenó Tonantzintla, obra que recrea la época colonial del siglo XVIII, con música de Fray Antonio Soler, orquestada por el compositor español Rodolfo Halffter. Miguel Covarrubias se encargó del vestuario y la escenografía, que presentaba como telón de fondo la nave de la iglesia de Santa María Tonantzintla, en Puebla.
El inicio de José Limón en la danza se realizó de manera fortuita, después de ver una presentación de los bailarines Harald Kreutzberg (Alemania) e Ivonne Georgia, en Nueva York. “Lo que presencié simple e irrevocablemente me cambió la vida. Vi la danza como una visión de poder inefable. Un hombre puede, con dignidad y torrencial majestuosidad, bailar. Bailar como las visiones de Michelangelo y como baila la música de Bach”, dijo el bailarín en una entrevista.
A sus 20 años, José Arcadio se inscribió en el estudio de Doris Humphrey y Charles Weidman, en el que demostró su aptitud para la danza y debutó a los pocos meses en el musical Americana, convirtiéndose en bailarín solista de la compañía durante muchos años. Fue también cuando empezó a crear sus primeras coreografías: Etude in D Minor, Bacchanale, Mazurca y Danzas mexicanas, entre otras.
En 1946, después de prestar su servicio militar por la Segunda Guerra Mundial, creó su propia compañía, la Limon Dance Company, en la que desarrolló un estilo y técnica propios que aplican actualmente muchos bailarines. En 1951 ingresó como profesor en Juilliard, en Nueva York.
Su técnica se basa en el uso de la gravedad y el peso, también explora el uso de la respiración y su efecto en los movimientos. En el texto El lenguaje de la danza, traducido y publicado en el periódico El Universal en 1960, José Limón asegura que la danza tiene un principio básico: “Debe tener su fuente vital y su impulso en la respiración de los pulmones, en los latidos del corazón. Debe ser intensa y completamente humana, pues de lo contrario serán movimientos gimnásticos y la danza resultará mecánica y vacía”.
Algunas de sus coreografías son: Canción y danza (1933), Danza de la Muerte (1937), La Malinche (1947), El Grito (1953), The Unsung (1970), Carlota (1972), The Traitor, que tuvo su premier en 1954 y fue una respuesta de Limón a la “cacería de brujas” del macartismo, originada entre 1950 y 1956, época en la que el senador de Wisconsin, Joseph McCarthy, desencadenó una serie interminable de delaciones, denuncias, procesos irregulares y listas negras contra simpatizantes de la izquierda.
También destacan Psalm, inspirada en el judaísmo; Missa Brevis, coreografía a la música creada durante la ocupación nazi en Hungría por el compositor Zoltán Kodály, inspirada en un viaje de Limón a Polonia; Suite From a Choreographic Offering, tributo a su mentora Doris Humphrey, con quien Limón fundó su compañía y de la que fue directora artística hasta su muerte en 1958.
La agrupación de José Limón fue la primera en bailar en el Lincoln Center de Nueva York en 1963 y la primera en visitar Asia, Europa y América del Sur como parte de un programa de intercambio cultural del Departamento de Estado en 1954.
Luego de la muerte de Limón el 2 de diciembre de 1972, en Flemington, Nueva Jersey, la bailarina y coreógrafa Carla Maxwell asumió la dirección de la Limon Dance Company.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura cuenta con el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón, en memoria del maestro de danza sinaloense.